martes, 6 de noviembre de 2007

SONDA NASOGÁSTRICA:DECISIONES ÉTICAS

CASO CLINICO

Ingresa en la residencia una mujer, de 72 años, viuda, que vive con una hija casada, en vivienda declarada en ruina, cobra pensión no contributiva, no sale del domicilio y recibe visitas solo de familiares (tiene siete hijos/as) , precisando cuidados permanentes.

ANTECEDENTES FAMILIARES:
Sin interés para el proceso actual.

ANTECEDENTES PERSONALES:
Colecistectomizada por litiasis biliar. Diabetes mellitus tipo 2 no insulindependiente de 15 años de evolución. Hipertensión arterial desde los 50 años. Estreñimiento crónico. Disfasia y hemipléjia braco-crural derecha por infarto cerebral izquierdo ocurrido el año anterior.
No alergias conocidas. No traumatismos previos. No hábitos tóxicos.
Dieta hiposódica e hipoglúcida.
Medicación al ingreso:

Valoración funcional: I.Barthel 20/100
Valoración psíquica: no síntomas ni signos de deterioro cognitivo

EVOLUCION:

El fisioterapéuta del centro refiere, que a pesar del tratamiento de fisioterapia empeora la marcha. Se confirma pèrdida de fuerza en extremidades izquierdas, empeoramiento del lenguaje y aumenta la dificultad que tiene para comer sola con frecuentes atragantamientos (disfagia) para líquidos de carácter progresivo.
Se interconsulta con neurología y después de varias consultas se le diagnostica de esclerosis lateral amiotrófica con afectación de los territorios bulbar, cervical y lumbosacro. Evoluciona a tetraparesia y debilidad en musculatura del cuello y atrofia lingual. Se instaura tratamiento conservador paliativo, con ejercicios de fisioterapia pasivos , cojín de silicona para silla de ruedas, cambios posicionales, y modificación en la consitencia de la dieta.

La interesada manifiesta desde el principio su negativa a que se le coloque sonda de alimentación nasogástrica, indicándole los riesgos de neumonía por aspiración que existen.

Un fin de semana es trasladada por uno de sus hijos a urgencias del hospital por atragantamiento mientras le daba de merendar. Es ingresada en planta de neurología donde se le coloca sonda de alimentación nasogástrica a pesar de las indicaciones en contra realizadas por la hija, y es dada de alta en las 24 horas siguientes.

Al siguiente dia de su llegada a la residencia, se le retira la sonda ante la insistencia de la interesada y en presencia de una hija a que se le retire la sonda nasogástrica a pesar de volver a repetirle los riesgos que corre y ofrecerle la posibilidad de colocarle una sonda de enterostomía , opción que se confirma con el neurólogo del hospital , y es aceptada por la anciana.

Los siguientes dos dias ingiere alimentos sin atragantamientos pero el tercer dia se atraganta en la merienda, se traslada al hospital y se confirma afectacion de pulmón derecho por posible aspiración, falleciendo en las siguientes 24-48 horas.

PREGUNTAS:

1.) Esta indicada la colocación de sonda nasogástrica en enfermos terminales.

2.) Se debe de respetar las indicaciones manifestadas por el interesado para no colocar la sonda

3.) ¿Y para quitarla?

domingo, 4 de noviembre de 2007

EL CENTRO SOCIO SANITARIO, UN RECURSO NECESARIO

Desde mediados del siglo pasado, se está produciendo en nuestra sociedad, principalmente en los países occidentales, un importante cambio demográfico con progresivo aumento de personas mayores, ancianas, que obliga a desarrollar nuevas ideas y conceptos para dar respuesta a sus necesidades; así aparecen términos como geriatría, gerontología, residencia asistida, centro socio - sanitario,...Un breve repaso histórico sobre la atención a nuestros mayores nos hará comprender estos aspectos.
Desde la aparición en la tierra del hombre, la vejez, alcanzada por muy pocos y a edades tempranas, ha sido un problema de difícil y diversas soluciones, que han dependido siempre del nivel cultural y económico de los pueblos así, poblaciones ricas, con buena caza, pastos y tierras, que les proporcionaban suficientes alimentos, cuidaban a sus ancianos fundamentalmente en el núcleo familiar sin grandes problemas, ya que además el número de personas mayores era escaso. Otras poblaciones por contra, con menores recursos o viviendo en zonas de vida mas dura, los ancianos eran en algunos casos abandonados en las montañas. Ya en algunas de estas tribus prehistóricas hay referencias de la existencia de chozas construidas expresamente para la atención de los que alcanzaban la vejez, cuidadas por los propios miembros de la tribu, siendo consideradas como las precursoras de las actuales residencias.
En la Edad Media, se crean los denominados "gerocomios", centros donde se acogía a ancianos, gobernados generalmente por órdenes religiosas y basadas en el concepto de caridad hacia los necesitados.
A finales del siglo XIX y comienzos del XX se construyen un buen número de locales, generalmente de carácter benéfico, denominados "asilos", para albergar a grupos de población dispar: pobres, ancianos, enfermos o desamparados, donde para mantener la convivencia eran necesarios regímenes disciplinarios severos. Muchos de estos edificios perduran en la actualidad.
Es a partir, de la década de los 70, cuando aparece lo que hoy se denomina "residencia de ancianos". Inicialmente se crean grandes centros para acoger ancianos, que permanecerán en ellos hasta el final de sus vidas y se les oferta cuidados propios de hostelería, cama y comida.
Este modelo de atención, por el progresivo envejecimiento y dependencia de los residentes, pronto se muestra insuficiente y se crean unidades en las residencias para atender a los ancianos que precisan alguna ayuda para el desarrollo de actividades básicas de la vida diaria: aseo, vestirse, alimentación, y desplazamientos.
En los últimos años, en las residencias asistimos al ingreso de ancianos muy longevos, enfermos y dependientes, que requieren atención desde una perspectiva integral, común entre los servicios sociales y sanitarios, y van transformando el modelo actual de residencia en el complejo concepto de “centro socio-sanitario”, CSS, donde se ofrecen cuidados y servicios para la dependencia ocasionada por la enfermedad.
El centro socio-sanitario debe de ofrecer plazas de ingresos permanentes y temporales, plazas diurnas, servicios sanitarios (atención médica, de enfermería, rehabilitación menor y fisioterapia, terapia ocupacional…) acorde con las necesidades de los demandantes y servicios sociales (asistencia social con conocimiento de los recursos disponibles, distribución del ocio y tiempo libre, integración de los residentes y de la familia...) así como los de manutención y las ayudas necesarias para el desarrollo de las actividades de la vida diaria.
Una intervención adecuada previene, detiene o revierte una situación de incapacidad. Para ello, los CSS deben de estar coordinados con otros recursos sociales y sanitarios con objeto de poder ubicar al anciano en el sitio más adecuado a sus necesidades.
Los ancianos de los CSS, que deben de ingresar en ellos cuando se han agotado otros recursos, se caracterizan por ser mayores de 85 años, siendo mayor el número de mujeres que de hombres, sin pareja (viudos o solteros), con escasos recursos económicos, con pérdida de su autonomía y gran dependencia a consecuencia de la edad o de enfermedades físicas (pluripatología) o muy frecuentemente psíquicas (demencia y cuadros afines), y dificultades en las relaciones familiares y sociales.
La calidad en los servicios, siempre difícil de valorar, vendrá dada por una buena organización, personal suficiente trabajando en equipo, satisfecho en su situación laboral, con normas de actuación bien elaboradas y consensuadas, con planes de intervención para el anciano individualizados e interdisciplinares y haciéndole partícipe de las decisiones que se tomen en el centro y le afecten a él y a sus familiares.
El respeto a los derechos de los residentes, los cuidados continuados y servicios adecuados para el mantenimiento de la autonomía, la integración familiar y social con el exterior, son objetivos principales de los CSS.