De los síndromes geriátricos, la inmovilidad, las caídas, la incontinencia de orina y el deterioro cognitivo, son considerados por los diferentes autores, los grandes síndromes geriátricos, y es a ellos, en los que se centra este apartado.
SINDROME DE INMOVILIZACIÓN: Este es uno de los principales problemas con el que nos encontramos cuando una persona mayor enferma, que rápidamente puede perder la movilidad.
Es definido como el conjunto de síntomas y signos que limitan la movilidad del enfermo.
La propia amplitud de la definición, que puede abarcar desde pequeñas alteraciones de la marcha hasta la permanencia en cama, la escasa consideración por parte de los profesionales sanitarios haciendo que sea un diagnóstico que habitualmente no conste en los informes médicos, hacen que la prevalencia e incidencia de este síndrome sea muy variable. Aproximadamente un 15-20% de los mayores de 65 años padecen algún grado de inmovilidad, bien sea parcial o total, y estos porcentajes aumentan con la edad, en aquellos ancianos que padecen más enfermedades y en los que toman más medicamentos.
Los cambios fisiológicos del envejecimiento, las enfermedades asociadas, la iatrogenia por medicamentos o por indicación de reposo prolongado, asociados a los cambios sociales que rodean al anciano, desencadenan mecanismos fisiopatológicos que facilitan el desarrollo de este síndrome.
Las manifestaciones clínicas ocasionadas por la inmovilización pueden ser muy variadas, dependiendo de la rapidez de su instauración, del grado de afectación y de la situación previa del anciano afectado. Así, la inmovilidad causa atrofia muscular, pérdida de masa ósea y estreñimiento, aumenta el riesgo de aparición de úlceras cutáneas por presión, de deformidades y rigideces articulares, de incontinencia o retenciones urinarias, de enfermedad tromoboembólica, de hipotensión ortoestática, de deshidratación, de disfagia, de obesidad y de infecciones, disminuye la agudeza auditiva y visual y aumenta los signos de depresión, ansiedad y desorientación temporal y espacial.
Estos cambios, deterioran la capacidad funcional del individuo con disminución de su actividad social que a su vez puede agravar los síntomas.
Una valoración exhaustiva por parte del equipo multidisciplinar, con la detección y corrección de los factores que puedan provocar o facilitar la inmovilización, el ejercicio físico y la aplicación precoz de los programas básicos de rehabilitación descritos, preventivos para evitar la inmovilidad o terapéuticos cuando esta se ha establecido, son acciones básicas para evitar el síndrome de inmovilidad y sus consecuencias.
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Desde este espacio, pretendo divulgar la atención al anciano desde el punto de vista del médico especialista en geriatría.Es intención,publicar artículos personales,referéncias bibliográficas y facilitar enlaces a sitios de interés.La colaboración de las visitas con sus comentarios, es muy importante para conseguir el objetivo del blog.La información presente en el blog no remplaza, si no complementa,la relación médico-paciente y en caso de duda consulte con el médico de referencia.
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